Tabla de comprobación
DE DAÑOS Y TRASTORNOS DE CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS DE ACUARIO
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Hoja de Echinodorus con sedimentos calcáreos. Las plantas necesitan asimilar dióxido de carbono (C02). Si el agua del acuario queda con un contenido bajo de C02, algunas plantas consiguen extraer CO, a partir del bicarbonato del agua (asimilación de bicarbonato). Se produce sedimentación calcárea sobre las hojas. Al mismo tiempo, el pH sube, la situación resulta desagradable. Remedio: la aportación de CO,. |
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Las plantas flotantes, sueltas, como la lechuga de agua, Pistia stratioles, son por lo general buenos indicadores del estado de las reservas nutritivas del agua del acuario. Las situaciones precarias dan lugar a formas cloróticas, «hambrientas», con hojas amarillentas (parte izquierda de la fotografía). A la derecha están las plantas en un recipiente con cambio regular de parte del agua y abonado con aportación de hierro. |
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Una intensidad luminosa precaria conduce a plantas raquíticas. Las plantas de tallo son muy sensibles a ello, p. cj. la Heteranthera zosterifolia: el limbo de las hojas es reducido, el tallo es delgado y exageradamente alargado. |
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El ataque de las algas indica la alteración del equilibrio en el agua del acuario. Las algas «azules» o «tiznadoras» (cianobacterias) son uno de los huéspedes más indeseables para un acuario. En poco tiempo pueden cubrir por completo el suelo o las plantas con un manto untoso. Remedio: succionar diariamente las algas, cambiar con frecuencia una parte del agua, reducir la contaminación orgánica. Es una actuación que requiere paciencia. |
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Las plantas de crecimiento rápido son el mejor «seguro» contra las algas. El candelabro acuático, Cemlophyllnm demersum, es particularmente idóneo para ello. Como antídoto contra las algas, lo mejor es cultivarlo dejándolo crecer libremente. |
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1.a «enfermedad de las criptocorinas»: La causa son las contaminaciones agravadas del agua, pero también puede ser el cambio brusco de las condiciones del medio de cultivo, p.ej. una caída ile la temperatura, cambios en la dureza del agua, del pH, etc. Merece atención especial la «sensibilidad a la luz» de muchas criptocorinas. Su sistema pigmentario no tolera un aumento de la intensidad luminosa. Conviene tamizar la luz después de cambiar los fluorescentes. |
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