Las aguas continentales europeas pueden
clasificarse en dos grandes grupos, aguas corrientes y aguas estancadas. En la primera categoría algunos
estudiosos han propuesto una subdivisión de las aguas basada en la naturaleza
de su población íctica; se trata de la zonación longitudinal de un curso de
agua en la que se subsiguen, del monte al valle, determinadas regiones ícticas.
La primera región, la de la trucha, se caracteriza por arroyos generalmente alimentados por aguas de
manantial o de deshielo. Son cursos con corriente rápida, límpidos y fríos,
ricos en oxígeno y muy pobres en sustancias orgánicas fungibles. El fondo es
primordialmente pedregoso o arenoso y su profundidad es muy variable. Su
temperatura, incluso en verano, no supera los 8-10 °C. La vida vegetal falta
casi por completo, o bien, y sólo en las zonas favorables, está representada
por el musgo de las fuentes (Fontinalis). El «pez guía» de esta región es la
trucha, en su tipo comúnmente denominado fario (Salmo trutta fario), asociada a especies de
«acompañamiento» como el coto común (Cottus gobio), el foxino común (Phoxinus phoxinus) y la locha de roca (Noemacheiíus barbatulus).
Al confluir, los arroyos dan lugar a un río pequeño: disminuye la velocidad de la
corriente y aumenta su profundidad, su anchura y su caudal. A menudo se forman
meandros, tranquilas ensenadas y charcas bastante profundas donde crecen
tupidas poblaciones de vegetales acuáticos. A esta notable variedad de
situaciones ambientales corresponde una variedad semejante de fondos, que de
pedregosos pueden pasar a arenosos y hasta fangosos. El agua es aún rica en
oxígeno, la temperatura aumenta hasta los 17-18 °C. El pez guía es el tímalo (Thymallus thymallus), al que puede asociarse la trucha,
el salvelino o trucha alpina (Salvelinus fontínalis) y numerosos ciprínidos.Superado el tramo de la vaguada, comienza el
verdadero río, que presenta un lecho más amplio, un caudal mayor
y aguas con un grado de oxigenación inferior. La corriente, más moderada,
tiende a aumentar entre la orilla y el centro y entre el fondo y la superficie.
A diferencia de lo que sucede en el tramo superior situado aguas arriba,
pueden producirse fenómenos de estratificación de la masa de agua con
tendencia, durante el verano, a un notable recalentamiento de las aguas más
superficiales y un fuerte empobrecimiento de oxígeno en las más profundas. El
fondo es arenoso y fangoso, y a menudo la orilla está cubierta de una espesa
vegetación. Estamos en la región de los ciprínidos, frecuentada por el barbo (Barbus barbus), el cacho (Leucis- cus cephalus), la madrilla (Chondrostoma toxostoma), la savetta (Chondros- toma soetta), la carpa (Cyprinus carpió), la tenca (Tinca tinca) y el lucio (Esox lucius).
Como es natural, cada una de estas regiones y su
fauna no están nunca netamente separadas, sino que se confunden una con otra;
la extensión de cada tramo varía según la naturaleza del lugar y su posición
geográfica.
Las aguas que confluyen en cuencas y depresiones
del terreno, sean de montaña o llanura, formando depósitos de diferente
amplitud, constituyen las aguas estancadas (lagos, estanques, charcas y
pantanos). Las posibilida- es de vida que cada ambiente ofrece están ligadas a
la extensión del agua ernbalsada. La diferencia fundamental entre un
lago y un estanque es la existencia, en el primero, de una zona de agua
profunda. El estanque, que tiene una profundidad reducida, puede albergar una
rica vegetación gracias a la 9ran cantidad de luz que recibe el fondo. Esto no sucede en las profundidad es de un lago, donde la
escasez de rayos solares que logran penetrar determina una falta de vegetación
y una temperatura fría constante. Los lagos muy profundos, en los que la
temperatura se mantiene permanentemente baja y el contenido de oxígeno es lo
bastante elevado, encontraremos en la con zona honda poco extendida y franja
costera más llana, a los ciprínidos y, como especie más difundida, la perca
común (Perca fluviatilis). Finalmente, en los lagos poco profundos, que no
se hielan en invierno y con poco oxígeno, viven la carpa, la tenca, el carpin (Carassius carassius) y el lucio.
Con estas especies nos acercamos a los habitantes
de los estanques y las charcas, que presentan un fondo blando, con vegetación
tupida y agua con elevada temperatura.
Fondo y decoración
El interior de la pecera puede ser decorado con
arena, grava, rocas y trozos de ramas secas o envejecidas (recordemos que hay
que lavarlas a fondo). Es siempre preferible que los objetos de decoración sean
de procedencia natural, bien del arenal de un río o las orillas de un lago.
También en este tipo de acuario el fondo debe
estar libre por completo, o casi, de sustancias calcáreas que puedan alterar
los valores químicos del agua, sobre todo si es blanda. Para obtener un filtrado mejor, conviene arreglar
el fondo de manera que el sustrato quede en ligera pendiente hacia el filtro.
La vegetación
Las tiendas especializadas ofrecen una gran
variedad de plantas acuáticas, pero lo mejor será recogerlas directamente de la
naturaleza. Se aconseja escoger ejemplares jóvenes, pequeños y con un buen
paquete de raíces, y colocarlas una vez que los hayamos lavado a fondo.
Las plantas más indicadas para un acuario de
peces de agua dulce templada son, por ejemplo, la Callitriche stagnalis, la Elodea callitrichoides, la Fonti- nalis antipyretica, la Hottonia palustris, la Myriophyllum proserpinacoides, la Potamogeton crispus, la Potamogeton lucens, la Potamogeton natans, la Ra- nunculus aquatilis, la Vallisneria spiralis y la Vescicularia dubyana. Esta última, por su color verde
oscuro, es una de las plantas de acuario más decorativas y es especialmente
indicada para acuarios de cría ya que constituye un sustrato adecuado para la
deposición de los huevos de los peces. La iluminación no debe ser demasiado
intensa y la temperatura óptima se sitúa en torno a los 24 °C.
Los INVERTEBRADOS
Un acuario de agua dulce templada puede estar
habitado,
además de por peces y plantas, por moluscos aunque en número
limitado. Entre los moluscos gasterópodos citaremos al Viviparus viviparus que, contrariamente a la mayor parte
de caracoles que viven en aguas continentales, respira mediante branquias
monopeinadas. Su concha, de color amarillo oliva, presenta tres estrías oscuras
por toda la espiral y la última espira ligeramente más ancha. Entre los
Pulmonados recordaremos a los Lymnaea, divididos en muchos géneros y
especies. El más grande es el L. stagnalis, que prefiere aguas estancadas y
sólo raramente las corrientes. Caracoles afines son el L. auriculariay el L. ovata. Este último vive bien tanto en aguas
estancadas como corrientes. Entre los moluscos bivalvos puede encontrarse
fácilmente en nuestros lagos el Dreissena polymorpha. Su brillante concha está estriada de
marrón oscuro sobre un fondo pardo amarillo. Para vivir necesita de un sustrato
duro, tal como guijarros, trozos de madera o conchas de otros moluscos.
Los moluscos son muy útiles en el acuario porque
ayudan a mantener limpio el ambiente de incrustaciones algálicas; además, sus
huevos constituyen un manjar para los peces carnívoros.
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