El hallazgo, que fue publicado en PLoS ONE, indica que los peces tenían lesiones y manchas oscuras. Aún no se sabe del peligro que pueden representar para el consumo humano.
Hasta ahora era desconocido si estos animales presentaban esta enfermedad de manera natural, ya que en los laboratorios sí se podía provocar cáncer de piel en los peces, esto con el objetivo de estudiar este mal en seres humanos.
Un grupo de biólogos fueron los que encontraron los primeros indicios. Estos estudiaban a los tiburones de la Gran Barrera y se dieron cuenta de las manchas que tenían las truchas con las que se alimentaban los tiburones.
En un principio se creyó que era un hongo, por ello mandaron muestras a un laboratorio de la Universidad de Newcastle, en Gran Bretaña. Al final el daño ocasionado por la radiación ultravioleta era l causa más probable.
La lesiones en la piel de los peces presentaban células muy juntas entre sí y que además producían un pigmento diferente al normal. Además se comprobó que las heridas eran similares a la de los peces de laboratorio a los que también se le producía cáncer.
Por el momento no se sabe cual es la gravedad del problema, los investigadores afirman que este mal se está extendiendo en la Gran Barrera, además existe la posibilidad de que otras especies también estén siendo afectadas.
Que el área se encuentre encima del agujero que existe en la capa de ozono puede ser la razón por la que los peces tienen cáncer de piel, ya que esta zona recibe mayor radiación solar.
Los peces hasta ahora afectados pueden pasar genes defectuosos o mutados a sus crías haciéndolas más sensibles a la radiación y más propensas a la enfermedad.
La imagen muestra la comparación de un pez normal (arriba y esquina inferior izquierda) con un pez con cáncer (abajo y esquina inferior derecha)
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